Crónicas Marcianas por Axel Gutiérrez

Perdimos nuestra fe y empezamos a preguntarnos para qué vivimos. Si el arte no era más que la derivación de un deseo frustrado, si la religión no era más que un engaño, ¿para qué la vida? La fe había explicado siempre todas las cosas. [...] Fuimos y somos todavía un pueblo extraviado.